Muy a menudo oigo decir a los padres que han trabajado muy duro para conseguir su patrimonio y que les gustaría dejárselo a sus hijos. Por desgracia, tienden a creer que la mejor manera de transferir esos bienes a los hijos es a través de su última voluntad y testamento.

Última voluntad

El testamento es un documento posterior al fallecimiento que sólo regula los bienes que están a nombre del difunto si no hay beneficiarios designados en esa cuenta. Esta opción no tiene en cuenta los acontecimientos de la vida ni la exposición a costes de cuidados a largo plazo. Hay muchas opciones a la hora de dejar bienes a los hijos:

Opción 1

Transferir los bienes directamente a los hijos en vida de papá y mamá. Aunque esta opción garantiza que los hijos reciban los fondos, no tiene en cuenta los efectos sobre los cuidados a largo plazo. Si mamá y/o papá necesitaran la cobertura de una residencia de ancianos de Medicaid en el plazo de 5 años, habría que devolver esos fondos. No hay garantía de que los hijos no vayan a gastar esos fondos. Si se gastan, mamá y papá tienen problemas mayores. Estos fondos también corren el riesgo de quedar expuestos a los problemas matrimoniales o crediticios del hijo.

Opción 2

Transferir los activos a un fideicomiso revocable. Esta no es la opción adecuada si mamá y papá quieren planificar los cuidados a largo plazo. Esta opción sigue dando a mamá y papá acceso y control sobre los activos. Aunque en última instancia los activos pueden heredarse del fideicomiso, si mamá y/o papá enferman y necesitan cobertura en una residencia de ancianos, los activos del fideicomiso están totalmente expuestos al coste de los cuidados.

Opción 3

Transferir los activos a un fideicomiso irrevocable. Si lo que quieren es proteger los bienes y, en última instancia, transmitirlos a sus hijos, ésta suele ser la mejor opción. Con la transferencia y un fideicomiso correctamente redactado, los bienes no se considerarán un activo de mamá y papá, incluso si necesitan cobertura de cuidados a largo plazo (una vez que superen el periodo de 5 años). Si mamá y papá no pueden superar el periodo de 5 años sin necesitar una residencia, los activos están en el fideicomiso y éste puede revisarse de forma limitada para permitir la devolución de los fondos a mamá y papá, de modo que puedan explorar otras opciones para proteger los fondos. Los fondos del fideicomiso tampoco están expuestos a los problemas matrimoniales o de acreedores de un hijo.

Aunque pueda parecer que el plan es bastante sencillo, es muy importante que comente sus opciones con un abogado experto en Derecho de la Vejez, por si acaso su familia encuentra alguna excepción en la ley que añada aún más opciones.