En los últimos dos años, en las redes sociales, he visto cada vez más iniciativas de crowdfunding y recaudación de fondos personales. Sitios de crowdfunding como GoFundMe y Kickstarter eliminan al intermediario de la recaudación de fondos, permitiendo a la persona u organización necesitada apelar directamente al público en general.

En muchos casos, el crowdfunding tiene lugar cuando un familiar o amigo tiene una urgencia médica y necesita ayuda para pagar las facturas. Por desgracia, muchos no tienen en cuenta otros factores que contribuyen o las prestaciones que algunas personas pueden estar recibiendo ya. Por ejemplo si se crea un sitio de crowdfunding para una persona con necesidades especiales que recibe prestaciones por discapacidad o médicas, pueden verse repercusiones negativas.

La Administración de la Seguridad Social (SSA) no tiene una política fija con respecto a las prestaciones de la Seguridad Social y los sitios de crowdfunding; sin embargo, su tratamiento de otros recursos puede proyectar el problema de las cuentas de crowdfunding.

Imaginemos una cuenta de crowdfunding creada para un joven, Aiden, que actualmente recibe ingresos de la Seguridad Social y Medicaid. Si Aiden creó la cuenta para sí mismo, eso significa que tiene acceso directo a los fondos de la cuenta. Independientemente de que la página de crowdfunding indique para qué puede utilizar el dinero, es probable que los fondos se contabilicen como un recurso contable a efectos de Medicaid y de la Seguridad Social (SSI). Una vez que se hace una donación, independientemente de si las intenciones son utilizar el dinero para facturas médicas, el beneficiario, en este caso, Aiden, realmente puede utilizar el dinero en lo que él elija. Por ese motivo, la SSA considerará con toda seguridad los fondos de una cuenta de crowdsourcing creada por un beneficiario de la SSI como dinero del beneficiario, al igual que la mayoría de las agencias estatales de Medicaid.

Cuando se trata de cuentas creadas en nombre de otra persona, las cosas pueden complicarse un poco. Tomemos a John, por ejemplo. John resultó gravemente herido en un accidente de moto. El mejor amigo de John, Peter, decidió crear una cuenta de crowdfunding para ayudar a pagar las facturas del hospital de John. En una situación como ésta, se puede argumentar que la cuenta no es un recurso del beneficiario, siempre que el beneficiario de Medicaid o SSI no tenga acceso directo a los fondos. Sin embargo, dado que la SSA no tiene normas específicas relativas a estas cuentas, es imposible saber si el dinero de una cuenta de crowdfunding contará para un beneficiario aunque no pueda acceder él mismo a los fondos.

En lugar de crear una cuenta de crowdfunding en situaciones como las descritas anteriormente, una mejor opción sería crear un fideicomiso de necesidades especiales para mantener los fondos para cuidar a un beneficiario. Aunque la creación de un fideicomiso para necesidades especiales puede requerir trabajo adicional, es incuestionable que están exentos de las restricciones de recursos de SSI y Medicaid. En algunos casos, algunos donantes que desean utilizar la comodidad de una cuenta de crowdfunding con las ventajas de un fideicomiso han creado primero un fideicomiso para necesidades especiales y, a continuación, lo han convertido en el beneficiario de la cuenta de crowdfunding.

Antes de crear una cuenta para una persona con discapacidad, es imprescindible tratar el asunto con un planificador de necesidades especiales.

Marissa Kleiner
Russo Law Group, P.C.
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