Cuando una persona es propietaria de una empresa y fallece, la empresa no cesa automáticamente.-aunque sea el socio principal o el propietario único. Sigue habiendo empleados a los que hay que pagar, productos que hay que vender, pedidos que hay que cumplir y proveedores y otras obligaciones a las que también hay que pagar.

Siempre hay muchas turbulencias cuando alguien fallece, pero si es propietario de una empresa, es casi exponencialmente perturbador y difícil. Es muy importante que los propietarios de una empresa piensen en la planificación de la sucesión de la empresa y del patrimonio. No sólo para su familia inmediata, sino también para sus empleados y las personas con las que hace negocios habitualmente.. De lo contrario, puede ser increíblemente lento, costoso y difícil que se tomen las medidas adecuadas para continuar con el negocio.

Estatuto jurídico de la empresa

Para determinados tipos de sociedades anónimas o de responsabilidad limitada, empresas unipersonales o sociedades colectivas, el fallecimiento del propietario puede tener importantes ramificaciones en la situación jurídica y la gestión de esa entidad empresarial. Por ejemplo:

• Si usted es propietario de una sociedad que tiene una cláusula de disolución por defecto del Estado de Nueva York y usted fallece, su sociedad queda efectivamente disuelta. Esto puede tener un impacto en el negocio y en su socio, y en cómo seguir adelante con su medio de vida.

• Si posee una sociedad de tipo S y no planifica adecuadamente su patrimonio, puede perder su estatus y convertirse en una sociedad de tipo C, lo que puede tener importantes implicaciones legales y fiscales.

• Si el propietario de una empresa no tiene un plan establecido y fallece de forma inesperada, a menudo el gerente de la empresa querrá intervenir y tomar el control de las cosas lo antes posible, debido a las obligaciones que debe cumplir. En un esfuerzo por ocuparse del negocio, a menudo el gerente u otros empleados querrán acceder al efectivo de las cuentas bancarias de la empresa para seguir gestionando el negocio, pero legalmente no pueden hacerlo.

• Si alguien fallece con el 100% de la propiedad de una tienda de tarjetas o una pizzería, por ejemplo, su familia no puede realizar tareas administrativas básicas como firmar cheques, hacer ingresos u otras tareas básicas necesarias para seguir gestionando la empresa.

Normalmente, si no se realiza la planificación adecuada, la única persona que puede seguir dirigiendo la empresa es el fiduciario de la sucesión del propietario de la empresa. En la Parte 2, trataremos el papel de un fiduciario.

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Eric J. Einhart
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