Para una persona normal, puede no parecer que haya mucha diferencia entre un agente en virtud de un poder notarial y un tutor designado por un tribunal, ya que ambos son terceros que podrían estar autorizados a ocuparse de la toma de decisiones financieras y legales de una persona que carece de capacidad para hacerlo. Sin embargo, hay diferencias significativas entre los dos fiduciarios y la forma en que se les otorga autoridad.

Poder de representación

Un poder notarial duradero es un importante documento de planificación patrimonial que le permite a usted, como mandante, nombrar a un agente o agentes, y autoriza a su agente o agentes a actuar en su nombre en relación con sus asuntos financieros.

Su agente es un fiduciario y, como tal, le debe un deber de lealtad, honradez y debe dar cuenta de sus actos cuando se le solicite. El agente también debe seguir sus instrucciones a la hora de actuar. Si usted es no puede dar instrucciones, entonces el agente debe actuar en su mejor interés.

La autoridad del agente o agentes existe mientras usted tenga capacidad legal, y continúa en caso de que pierda la capacidad legal para tomar sus propias decisiones. Además, usted tiene la posibilidad de revocar el poder notarial duradero en cualquier momento mientras sea competente para hacerlo.

Tutela

Aunque existen dos tipos de procedimientos de tutela para adultos en el Estado de Nueva York, el más relevante para esta discusión es la tutela del Artículo 81 de la Ley de Higiene Mental, ya que se refiere a los adultos que tenían capacidad en un momento dado, pero debido a una pérdida de funcionalidad, ahora necesitan la asistencia de un tutor. Este procedimiento de tutela suele incoarse contra alguien que no ejecutó un poder notarial duradero y/o unas directrices de asistencia sanitaria cuando tenía capacidad legal para hacerlo, y ahora carece de capacidad para ocuparse de sus propios asuntos (personales o financieros).

Si el procedimiento judicial prospera y el tribunal nombra a un tutor, proporcionará una lista detallada de las acciones que el tutor está autorizado (y no autorizado) a realizar en nombre de la persona incapacitada.

Las tutelas son procedimientos judiciales y pueden llevar mucho tiempo, ser costosas y causar un estrés innecesario a la familia.

Las diferencias más significativas entre una tutela y un poder notarial duradero son las siguientes:

• Control - Con un poder notarial duradero, usted controla quién es su agente y qué nivel de autoridad tiene sobre sus asuntos. Puede elegir a cualquier persona para que sea su agente o agentes: un familiar, un amigo o un profesional de confianza. En los procedimientos de tutela, el juez elige a quién se nombra su tutor y qué nivel de autoridad tiene sobre sus asuntos. Aunque los jueces tendrán en cuenta sus relaciones familiares y personales a la hora de elegir un tutor, es habitual que nombren tutores a profesionales independientes, como abogados. Esto significa que un completo desconocido podría estar a cargo de sus asuntos.
• Coste - Otra diferencia significativa es el coste. Un procedimiento de tutela puede ser extremadamente costoso, mientras que un poder notarial duradero es una fracción del coste de un procedimiento de tutela. Además, el procedimiento de tutela suele tardar varios meses en completarse y tener a alguien designado, y puede ser extremadamente estresante.
• Supervisión - Generalmente no hay supervisión judicial de un agente en virtud de un poder notarial duradero, mientras que hay una supervisión significativa para un tutor designado. Esto puede aumentar los gastos de la tutela y el tiempo necesario para actuar.

En resumen, existen diferencias significativas entre el poder notarial duradero y un procedimiento de tutela, siendo el primero la opción preferida.